en una noche llena de emoción.
Engripada, con los ojitos llorosos y la punta de la nariz roja, la diosa salió al escenario con el vestido violeta que ya conocíamos por las fotos de sus gira y arrancó con A year Without Rain, mitad cantada en inglés y mitad en castellano. Pero para el final de su primera canción, no pudo resistir la emoción.
Selena se quebró y se puso a llorar con nosotras, que no podíamos creer que esa muñequita llena de talento era de carne y hueso y, haciendo un esfuerzo gigante para sobreponerse a la gripe, estada ahí cantando para sus fans. Subida a esa ola de emoción, cantó Hit The Lights, mientras los globos de colores que las fanáticas tenían preparadas para esa canción volaban por todo el estadio.
Con un vestido rojo, de un solo hombro, inauguró la parte acústica del show. Sentada en un banquito, empezó con We Own The Night y, después explicó que aunque la mayoría no conociera la canción, iba a cantar The House That Built Me, de Miranda Lambert. Sel la había elegido porque era especial para su mamá, Mandy.
Después de una hora y vente de hitazo tras hitazo, Selena Gomez and The Scene y sus bailarinas híper talentosas se despidieron de nosotras con una lluvia de papelitos plateados en Naturally, pero volvieron a pedido de todo el estadio a tocar Who Says. Un final increíble y emocionante, como todo el show!